La Web3 es un concepto que está dando mucho de qué hablar no solo en el mundo digital y de creación de contenido, sino también en el mundo crypto. La manera en la cual se le da más relevancia a los usuarios es una tendencia que está tomando cada vez más fuerza y revoluciona las nuevas tecnologías de esta nueva década.
Pero, ¿hay diferentes tipos de web?
Si, existen dos y estamos viviendo el nacimiento de una tercera. La creación del internet en los años 90’s y el nacimiento de las páginas estáticas como foros y blogs son lo que componen esta primera generación de la web. En pocas palabras, solo podíamos ver el contenido de estas páginas.
Debido a las propuestas que ofrecieron plataformas que hoy en día son grandes empresas como Facebook o Youtube (Google), vimos el nacimiento de la Web2, donde los usuarios y consumidores de estas páginas podrían publicar su propio contenido e interactuar con otros, dando pie a una nueva forma de desarrollar páginas.
¿Y ahora? ¿Cómo funciona la Web3?
El mejor ejemplo para explicar las diferencias entre estas tres generaciones es el tweet de @RyanSAdams:
Con el surgimiento del Blockchain y el avance de la tecnología, cualquier usuario puede crear una página web, desarrollar su propia aplicación y ofrecer contenido único en el mundo. La Web3 busca ofrecer alternativas a estas plataformas que usan métodos centralizados con protocolos abiertos y de libre acceso, nodos de la Blockchain administrados por la comunidad y dando un papel más protagónico al consumidor final.
El mejor ejemplo es el de las NFTs. El principal mercado de estos Tokens no fungibles, Open Sea, generó durante el mes de Enero de este año más de 5 mil millones de dólares en transacciones comerciales, donde son los propios usuarios los que crean, compran y transan estos tokens.
Pero, más allá de las ganancias que suman ventajas a los usuarios, la Web3 ofrece mayor privacidad gracias al manejo de la información gestionada por la Blockchain. Como ya sabemos, la privacidad de cada bloque en la Blockchain está garantizada debido a su naturaleza, por lo que una web gestionada con estos protocolos brinda mayor privacidad a sus usuarios y evita que el control de esta información esté en manos de grandes corporaciones, como es el caso de las principales Redes Sociales y plataformas E-Commerce.
Otra de las ventajas es el mantenimiento propio y autónomo de estas plataformas. Debido a su propio flujo de transacciones, promovida por la propia comunidad, no necesita de anuncios ni publicidad para poder mantener sus servicios.
La Web3 ofrece un sin fin de posibilidades y apenas estamos explorando sus bondades. En un par de años podremos ver funcionando a gran escala este modelo de servicios, lo cual sin duda alguna cambiará el paradigma del Internet.